martes, 2 de abril de 2013

Un nuevo mundo


Diálogo entre Ramón Gallegos Nava e Isabella Colalillo Kates

Fragmento del libro; “El camino de la Filosofia Perenne”, 2004

Isabella C. Kates, Doctora en Educación. Es profesora en la Escuela de Educación Continua de la Universidad de Toronto, Canadá. Es escritora, investigadora, artista y educadora. Trabaja en el campo de la creatividad y la imaginación para desarrollar el aprendizaje holista integrándolo con la inteligencia espiritual.

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Gallegos: Un tema fundamental en mi obra es la relación de la educación holista con la evolución de la conciencia, este ha sido uno de los grandes temas que están en la base y definen lo que es la educación holista. Pienso que debemos entender la educación holista como un proceso de evolución de la conciencia. He estado hablando de la necesidad de un cambio de paradigma, de cómo la educación debe ir de la idea de un entrenamiento de la racionalidad instrumental, de la racionalidad técnica, a una nueva visión de la educación como un proceso de evolución de la conciencia humana. Este proceso de desarrollo de la conciencia debe ser entendido desde la filosofía perenne. Esta nueva visión le da un rostro humano a la educación y pone en el centro a la espiritualidad y a la importancia actual de la filosofía perenne para entender qué es el ser humano.

Isabella: Al leer tu libro: “El Espíritu de la Educación”, encontré que hablas del ideal perenne de la humanidad y yo creo que la humanidad está en la Tierra para cumplir ese ideal. Pienso que nos hemos tar- dado bastante para trascender los inicios de la evolución como seres inconscientes, irracionales e insensibles. Es como si hubiéramos pasado de un estado de conocimiento al olvido de aquel conocimiento y luego hu- biéramos regresado nuevamente. Al leer tu libro, hace un año, algunas ideas me llamaron poderosamente la atención, en particular las ideas que se refieren a los cambios de sistemas. No basta con cambiar a un solo ser humano o un grupo pequeño de seres humanos sino que el trabajo que se debe realizar en esta nueva época debe culminar con un cambio de los sistemas. Si me permites, te diré mi interpretación de lo que leí en tu libro. Comprendí que pasamos de un sistema jerárquico interesado únicamente en el tiempo lineal, enten- dido como la noción de progreso a lo largo de un continuo, a un tipo de progreso o desarrollo espiral; lo cual significa que evolucionamos a lo largo de una línea temporal, pero también evolucionamos a lo largo, de lo que yo considero, una línea vertical. Evolucionamos, entonces, horizontalmente, pero también verticalmente. Hablas de la noosfera, la esfera o ámbito de la mente. Nos hemos desplazado un poquito, pienso, a lo largo de la noosfera, como cangrejos, avanzando muy poco, moviéndonos lateralmente, atendiendo necesidades hu- manas, necesidades de supervivencia; hasta que llegamos al punto que hay un suficiente número de personas en el planeta que están siendo atendidas en esas necesidades fundamentales, por lo que ya es tiempo de que puedan empezar a voltear hacia adentro, a las necesidades interiores del corazón, de la mente superior y del espíritu. Si la educación no está preparando al alumno para el tipo de integración: “cuerpo-mente-espíritu”, entonces, seguiremos moviéndonos en esta linealidad plana. Y lo que tu trabajo establece, postula, según lo entendí, es una forma de educación integral. Es decir, tocas algunos temas y conceptos como la espiritualidad y los sistemas; la forma en que los sistemas y paradigmas, en su totalidad, necesitan cambiar. Esos, creo yo, son los elementos de máxima importancia para crear un nuevo paradigma para que la gente aprenda de manera integral. Hasta este momento, el mecanicismo sigue ejerciendo el control de las cosas como bien sabemos tú y yo. No estoy del todo segura de qué se requerirá, pero si sé que estamos en el último capítulo de la etapa meca- nicista, jerárquica, entendida ésta como una etapa en la que los pocos controlan lo que le ocurre a los muchos, de modo que los muchos no pueden participar en su propia evolución personal, ni pueden aportar nada a la evolución del conjunto de la humanidad.

Gallegos: Estamos hablando de una visión en donde la espiritualidad no se limita solo a la transfor- mación de la persona o del individuo, sino de una vida espiritual que contribuye a la evolución del kosmos. Me parece que esta es una visión que ha ido ganando fuerza, una espiritualidad que no solo es trascendente y nos conduce por las etapas del mundo espiritual, sino también una espiritualidad inmanente que transforma el mundo social. Creo que esta visión está en muchos maestros espirituales, como Aurobindo. La visión de una espiritualidad que contribuye a la evolución de toda la humanidad, y más allá, es una idea muy importante en la educación holista, para no caer en el error de pensar que la espiritualidad nos lleva a una vida de aislamiento, de negación del mundo real en que vivimos. Es muy importante entender que la genuina espiritualidad, a la que hace referencia la filosofía perenne, es también una presencia creativa en el mundo que contribuye a transformarlo para el bienestar de todos los seres. Por eso, la idea de acción política holista de actuar espiri- tualmente en el mundo para transformarlo es central en mi pensamiento. Una espiritualidad transformadora, inmanente y trascendente a la vez, es algo muy importante para nuestro movimiento en México y el resto de los países, porque tenemos una gran necesidad de transformar nuestras condiciones de vida. Así que, he estado señalando la importancia de una espiritualidad que tenga un impacto real en el mundo, que nos conduzca a la evolución y al desarrollo espiritual y material.

Isabella: Hablas de participar políticamente de una manera más integral; por otro lado, veo que cada vez hay más y más personas que están trabajando sobre sí mismas -como decía Gurdjieff, “trabajando sobre sí mismas”-, y de paso, adoptando una postura política. Pero todavía no percibo en Canadá, donde vivo, el arraigo de la visión holista en la acción cotidiana de la gente; me gustaría ver más de eso. Paso mucho tiempo trabajando y pensando sobre educación holista en Canadá. Creo que de lo personal se evoluciona a lo político, y se inicia entonces con una, digamos, sintonía espiritual de la gente; tiene que ver con todos estos temas de la codicia, la rapacidad, el glamour, que siempre han sido los mecanismos de control. Todo esto tiene que ver con la filosofía perenne. La codicia, el glamour y demás ambiciones, lo único que provocan es querer cosas para mí mismo y no para la comunidad de la cual formo parte. Lo que necesitamos, entonces, es hacer un inventario, un análisis de cómo operamos en nuestra vida cotidiana, qué hacemos para crear una mayor integridad, una mayor congruencia, una mayor atención dentro de nosotros mismo cuando hacemos frente al mundo que nos rodea, cómo realizamos los cambios.

Yo vivo en Toronto, y hemos atravesado 10 años de gobiernos extremadamente brutales, en el sentido de que no son gobiernos que se preocupen por la población. Por ejemplo, la educación fue uno de los ámbitos de nuestra sociedad que fue desintegrada, fue desmembrada y consideramos que el motivo de que nuestro gobierno local desmembrara su educación es que había mucha buena educación, mucha educación integral, mucha educación holista en el sistema educativo y estaba facultando a la gente a hacer cosas, a transformar la realidad. Para 1983, el plan de estudios en Ontario hablaba de la educación holista, hablaba de enseñar a la gente de manera holista, pero ya para el 95, cuando este nuevo gobierno tomó el poder, no quería que la gente pensara por sí misma, ya no quería que la gente contribuyera con su poder propio en los cambios. De modo que trataron de controlar nuestra mente, y en particular la mente de los niños y los jóvenes con un nuevo cur- rículo que ellos crearon, o más bien importaron de Estados Unidos. Este año tenemos un nuevo gobierno y este nuevo gobierno ha dicho que va a cambiar de nuevo el currículo, así que todos esperamos que otra vez se vuelva más holista. Sin embargo, llevó casi 10 años el que la gente despertara, por lo que estoy de acuerdo en que lo político y lo espiritual requieren ser cultivados, pero, aunque no parece que siempre vaya a suceder sí veo una especie de corriente subterránea de ello y estoy consciente de esto; soy consciente del trabajo que la gente requiere hacer en lo personal para participar en esas corrientes, de modo tal que estas corrientes afloren y ya no sean furtivas o minoritarias. En otras partes del mundo, como en Inglaterra, -en donde estuve hace algunos años-, ocurrió lo mismo; la educación estaba siendo manipulada por la gente que controlaba el plan de estudios, que controlaba el currículo. La forma en que el sistema educativo enseñaba y los maestros impartían sus asignaturas fue controlada por la gente de la derecha, que controló el sistema de modo que la gente no se desarrollara integralmente como parte de su proceso de aprendizaje. Tuve la suerte de conocer maestros que, muy a pesar de la politiquería de esta naturaleza, realizaban un trabajo verdaderamente holista en sus comu- nidades, ellos son esas luces que permanecen encendidas y que conservan las cosas en marcha. También creo que en Canadá todavía no somos realmente parte de la corriente principal, Ron Miller hablaba de ello al final de uno de sus libros. No estamos en la corriente central de la educación todavía, pero el deseo, la esperanza y la intención, son de desplazarnos hacia ese centro, claro, sin perder lo que tenemos al llegar al centro de la atención. Ron Miller habla, -y estoy de acuerdo con él,- de una resistencia en los seres humanos; hay resistencia en algunas personas a trabajar juntas para integrar sus ideales y sus metas. Esto se debe a que la ideología sepa- rativa y materialista nos ha dicho siempre “trabaja para ti, no te importe que les pase a los demás”, y parte de lo que estamos haciendo en la educación holista, el aprendizaje holista y la vida holista es ir aprendiendo que lo que es bueno para mí también te ayuda a ti; es la idea holista de la interdependencia, la idea de que lo que te haga a ti de positivo o negativo también me lo hago a mí.

Gallegos: En realidad lo que estamos haciendo es un movimiento basado en una nueva visión de la realidad y del kosmos en general. El proyecto de la modernidad ya se agotó y ahora el desarrollo de los seres humanos está limitado. La mente moderna debe ser trascendida a través de una visión integral para llegar a una nueva etapa o época transmoderna, donde el materialismo y el mecanicismo queden superados; para esto necesitamos paciencia y mucha comprensión, el proceso toma tiempo y nadie debe desesperarse. El mov- imiento en México tiene grandes logros para toda la comunidad internacional.
Isabella: Hay una antigua anécdota, no sé dónde se originó, si es sufista o de alguna otra fuente, pero nos habla de un rey que toma el poder de otro reino, se apodera de un reino vecino, toma al otro rey prisionero y lo condena a morir. La noche anterior a que el prisionero va a ser ejecutado, aparece un hombre en la cámara de la corte del rey vencedor, preguntándole por qué va a matar a su vecino, el rey ganador contesta que llevan muchos años peleando reino contra reino y por fin va a dominar al otro reino y que tendrán que hacer lo que él quiera que hagan. El hombre le dice: “Bueno, déjame mostrarte algo. Tú y él son lo mismo, están interco- nectados, el futuro de tu reino está conectado al futuro de ese otro reino, porqué no lo sueltas y lo dejas libre”. El rey ganador dice: “No, no puedo, lo capturé en lucha limpia y lo ejecutaré en la mañana”. De modo que el anciano le dice: “Mira, ven por acá”. Y le muestra una cuenca de agua. Le dice: “Voy a ponerte agua en la cabeza y te voy a mostrar algo”. Al ir vaciando el agua sobre la cabeza del rey que capturó al otro, repentinamente se ve transportado a la vida del rey prisionero y ve a la esposa de ese otro rey, a los hijos; lo ve caminando en sus propios jardines, yendo de cacería, lo ve al ser capturado y al ser llevado a la prisión donde lo puso él mismo, se da cuenta de lo que es estar en el lugar del otro, y dice: “Porqué, porqué me pasa esto, porqué no está con- sciente mi vecino de que yo soy él”. Y al darse cuenta de que todos son uno, levanta la cabeza y el anciano deja de vaciar el agua. El rey ve al anciano y le dice: “Ahora comprendo”, con lo cual, libera al rey vecino y se va al desierto a meditar. Así pues, el darnos cuenta que todos somos uno ocurre como una visión, hablamos mucho de la visión, pero necesitamos también participar de esa visión, haciendo cosas juntos, de alguna manera para ampliar la visión, de modo que estemos distribuyéndola y sembrando semillas a donde vayamos. Una de las formas en que trabajo es con los “triángulos”, hablamos de esto la última vez que nos reunimos. Todos los días me conecto con dos o más personas, -ahora formo parte de cuatro triángulos, y ya me conecto con más de dos,- nos conectamos todos e imaginamos y utilizamos la gran invocación como el punto de anclaje, imaginamos nuestra alma superior conectándose con la jerarquía que está encima de nosotros, quienes están preocupados por el futuro de la humanidad, lo que se ha llamado los maestros ascendidos; conectamos nuestra mente con el alma del mundo, con el alma kósmica, y aportamos energías a la Tierra y parte de nuestro trabajo es distri- buir estas energías. Así, que, que yo imagino a la educación holista y a maestros que se abren ante su propio aprendizaje, e imagino también a grupos de personas realizando este trabajo juntos, de modo que la educación holista se levante, que se levante la experiencia y el proyecto humano hacia una unidad mayor, hacia una inte- gración. Creo que todos nosotros, sin importar que tan separados nos sintamos de nuestra vida interior o de la vida mayor que nos rodea, tenemos un anhelo, un deseo insatisfecho de lograr pertenecer a una unidad mayor o de llegar al hogar, llegar al hogar que para mí significa la comprensión, el estar integrados y ser completos; como el rey de la anécdota que se dio cuenta de que era uno con el otro rey y que no tenía sentido vivir dividi- dos. En un sentido amplio y maravilloso estamos aquí para enseñar a la gente que aquello que unifica es mejor y más útil para la vida humana que aquello que separa y fragmenta, ese es el mensaje central, pienso yo, de la educación holista; al final, quién no quiere eso, lo único que necesitamos es llegar al corazón de la gente.

Gallegos: Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué es el ser humano? Porque no somos seres aislados, tenemos un cuerpo pero no somos el cuerpo. Lo que la filosofía perenne nos enseña, y que es base del pensam- iento holista, es la declaración fundamental de los Upanishads: “Tú eres Eso”, declaración que apunta a cuál es nuestra verdadera naturaleza. Para la filosofía perenne no hay dualidad entre el Ser Individual y el Ser Univer- sal, esta es la declaración primordial de toda genuina espiritualidad. En esta declaración existe una identidad trascendental entre el “Tú” y el “Eso”, no son dos naturalezas diferentes; esta visión de la no dualidad viene a superar el problema del individualismo, de la separatividad . Siempre me ha parecido muy importante poner en el centro de la educación holista, o de la visión holista en general, a la filosofía perenne, porque es ella quien nos da las grandes orientaciones de vida, es de la filosofía perenne de donde vienen las explicaciones o las re- spuestas finales a preguntas fundamentales tales como: ¿Hacia dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? Cuando creemos que somos personas, que somos personajes, que nuestra identidad fundamental está determinada por nuestra personalidad, creo que entonces entramos en un mar de confusiones, en un autoen- gaño.

Un ejemplo de esta confusión es la manera como se ha tendido a considerar a la sombra. He escuchado a mucha gente hablar acerca de la sombra, me parece, de manera equivocada; es cierto que la sombra es algo que tememos, que es algo que no debemos reprimir, que es algo que tenemos que comprender, es cierto que a través de ella podemos evolucionar, es cierto que es una realidad, pero no es cierto que forme parte de nuestra naturaleza fundamental; nuestra naturaleza esencial no tiene sombra, nuestra naturaleza esencial es “verdad- conciencia-felicidad”, esa es la declaración final de la filosofía perenne. El Ser, en su naturaleza fundamental, no tiene sombra, la sombra es una superposición al Ser tal y como ha sido señalado por Shankara. Es muy im- portante aclarar este punto porque, como te he dicho antes he escuchado declaraciones donde se ha asumido que la sombra es parte fundamental de lo que somos y he estado muy interesado en aclarar este punto para que nuestra comunidad no se confunda y no tome un rumbo equivocado que lleva al colapso espiritual. Las con- secuencias de creer que la sombra es parte del Ser son graves y detienen el camino espiritual. Parte de esta con- fusión viene del materialismo de la psicología occidental y del pensamiento mecanicista. Estoy hablando en el nivel del espíritu, no en el nivel de la mente o la personalidad, en estos niveles tenemos sombra como super- posición pero, repito, la sombra no forma parte fundamental del Ser; la filosofía perenne nos dice que nuestra verdadera identidad es espiritual. Ahora bien, déjame decirte que la psicología fue mi primera formación y me gusta la psicología, pero creo que la psicología, en cualquiera de sus versiones, no es suficiente para entender al ser humano, creo que es un nivel de conocimiento que se puede utilizar pero no podemos ponerla en el centro del pensamiento holista porque no puede dar respuestas satisfactorias a las preguntas fundamentales de la vida.

Creo que cuando algunos educadores holistas norteamericanos han puesto en el centro a la psicología, entran en una serie de confusiones y malentendidos sobre quiénes somos, hacia dónde vamos y cómo evolu- cionamos. Un efecto de este malentendido ha sido el falso debate sobre cuál espiritualidad es la correcta y cuál deberemos de tomar, este es, en realidad, un falso dilema, una falsa pregunta que surge cuando ponemos a la psicología en el centro. Hay muchas psicologías, muchas iglesias, muchas religiones pero, una sola espiri- tualidad, solo hay una espiritualidad. El espíritu es uno solo, la espiritualidad es una sola. Esta confusión surge porque se llega a pensar la espiritualidad de la misma manera como se piensa a las psicologías o las religiones, pero la espiritualidad es diferente a ambas. Lo que nos saca de toda esta confusión es la genuina espiritualidad que es expresada a través de la filosofía perenne, debemos seguir, entonces, las grandes verdades de la filosofía perenne, los hechos sin tiempo de la filosofía perenne, las enseñanzas eternas de la filosofía perenne que son como las grandes luces para los educadores holistas, luces que nos orientan hacia el camino de comprender nuestra verdadera naturaleza. Creo que el camino para superar las patologías del individualismo, narcisismo,
egocentrismo, separatividad, deberán venir desde la perspectiva de la filosofía perenne, porque lo que ella nos dice es que no somos un ego aislado. El logro final de nuestra identidad, realización y verdadera felicidad está en la realización del Ser universal; somos seres universales, no seres egocéntricos aislados. Creemos que podemos ser felices cumpliendo objetivos puramente egocéntricos, pero, en realidad, esta idea solo nos sume en el mundo del sufrimiento. Por otra parte, la filosofía perenne apunta a que la felicidad está en la medida en que nos reconocemos como seres universales en interdependencia con la totalidad, por eso encontramos que los seres humanos más plenamente desarrollados fueron seres universales que abrazaron a todos los seres sin distinción. Esto mismo lo puede uno ver en su cotidianidad, cuando uno es más individualista sufre más, está más aislado, más encerrados, y cuando vivimos con una conciencia más universal somos más accesibles, más felices, más sanos, más plenos, más desarrollados. Debemos, entonces, marcar este sentido de realización del Ser Universal como el verdadero camino de la realización humana y asumir, de manera explicita, la importan- cia de la filosofía perenne.

La filosofía perenne, en sí misma, no tiene una forma especifica; es un conjunto de verdades espiritu- ales universales que están presentes en la esencia de muchas tradiciones y religiones más allá de las formas, por eso, con la filosofía perenne nunca se choca con sistemas de creencias, la filosofía perenne no tiene iglesias, ni siquiera tiene dogmas, mitos, ni rituales; no son relevantes o centrales los hechos históricos de ningún maestro espiritual, por eso, la filosofía perenne nunca ha sido causa de discordia o guerra, no genera guerras porque está enraizada, más bien, en verdades kósmicas, más que en verdades históricas, no son relevantes los lugares santos ni vale la pena hacer una guerra por ellos; no son relevantes las personalidades de los místicos, porque lo que más importa es la verdad que ellos señalaron más que los hechos históricos. He estado señalando que en educación holista, en política integral, y en general en todos los campos de la nueva visión, existe un común denominador: la filosofía perenne. La filosofía perenne debe ser asumida de una manera más explicita porque nos da un mayor entendimiento para la acción educativa, la acción política, la acción económica, la acción artística, la acción creativa, la acción en todos los ámbitos de nuestra vida.

Isabella: Hay muchas cosas importantes en lo que has dicho. Tengo una imagen donde frecuent- emente observo a niños, desde bebés hasta niños de tres años; la forma en que ellos ven y crean el mundo es totalmente espiritual, no están identificados con su cuerpo ni con su cultura, son seres puros; lo que pasa con esos niños es que tienen estadios de desarrollo, empiezan a hablar, a salir al mundo, después se empiezan a identificar con las realidades culturales y personales y las metas de la sociedad. Pienso que los niños que vienen a la Tierra, los seres nuevos que vienen a la Tierra, recuerdan más de su Ser espiritual, pero nuestros sistemas educativos crean lo que tú llamaste “una fragmentación de la conciencia”, un desmembramiento del todo para convertirlo en partes separadas. Estoy de acuerdo contigo en que la filosofía perenne nos enseña que somos espíritus, y que debemos trabajar con nosotros mismos y con otros espíritus, pero no hay prohibición que nos diga que no lo podemos hacer de otro modo. El ser humano ha escogido con libertad diversas rutas de regreso a la fuente original, a la unidad; la ruta que ahora seguimos nos llevará de regreso a nuestro hogar espiritual, hogar que hemos olvidado y que me gustaría ilustrar con otra anécdota que viene de los nativos de Cen- troamérica: Un hombre iba caminando por la selva pero se perdió; resbaló y cayó entre las piedras, casi muere por efecto de los golpes. Los nativos de la zona lo encontraron y lo llevaron al valle donde vivían, allí vivió un tiempo con ellos. Después de un tiempo, descubrió que todos estaban ciegos, él era el único que podía ver. Así que, disfrutó el estar con ellos mientras trataba de regresar a su propio mundo; pero las cosas se le volvieron cómodas, hizo amistades, se enamoró de una de las mujeres nativas locales y pensó que a lo mejor no era un mal lugar para hacer su vida. Después descubrió que la ceguera de estas personas provenía del agua que tomaban pero no encontró ninguna otra fuente de agua para los nativos, de modo que siguió pasando el tiempo y llegó el punto en que se dio cuenta que tenía que elegir si se quedaba en ese valle y se casaba con la mujer que había escogido o retornaba a su mundo.

Ese es el predicamento, creo yo, en el que los seres humanos nos encontramos. Lo que nos enseña esta anécdota es que se tiene la elección de tomar el agua y quedarse ahí cómodamente hasta quedarse ciego, como todos los que vivían en ese valle; o irse y arriesgarse, tomando nuevos retos, lo cual supone asumir la propia responsabilidad del desarrollo, porque los ciegos no pueden guiarlo fuera del valle pues no saben salir de ese pequeño lugar. La decisión de tomar el agua, de casarse allí, permanecer en el valle y quedarse ciego, es, creo yo, lo que ha pasado con la humanidad. Los niños, por ejemplo, empiezan muy bien, con ojos muy brillantes, pero después todo se pierde, nos condicionan las necesidades de llenarnos de cosas y de obtener lo que se supone que necesitamos en vez de lo que podemos compartir; hemos dejado que las cosas materiales nos llenen y ese es el aspecto de sombra, diría yo, que no forma parte de nuestra naturaleza original. A lo que me refiero con esto es a la seducción de actuar solo en pro de nosotros mismos, viviendo aislados de los demás; creo que esa es la naturaleza de la sombra. Olvidamos que el ser humano no necesariamente es solo humano, sino que tam- bién tiene algo de divino; todo el tiempo hay luz y divinidad en nosotros pero cuando la opacamos perdemos conciencia de esa luz y entonces aparece la sombra como algo enorme. Creo que la sombra forma parte de estar en la Tierra, como la experiencia de aquel hombre del valle, o sea, estar en aquel valle significaba sombra, pero escogió olvidar quién era, escogió volverse igual de ciego que la gente con la que estaba, pero su naturaleza era distinta, y eso es básicamente lo que ocurrió con nosotros como seres humanos. Hemos escuchado ese mito de “la caída”; la caída, para mí, más allá de todas las interpretaciones religiosas, es simplemente haber elegido que tendremos que volver a hallar el camino; creo que hay varias formas, muchas maneras de regresar a la divinidad y al espíritu, si yo escojo olvidar, si escojo tomar el agua de este valle y quedarme en la Tierra y ser terrestre, mundano y únicamente identificarme con mi ego y con mis necesidades personales, entonces mi sombra crece y no puedo emitir la luz del espíritu; no puedo ser ya la luz. La flama divina siempre está allí pero no puede emitirla, no puedo trabajar a través de ella, trabajo solo a través de la sombra y de la oscuridad.
Gallegos: Lo que nos faculta para regresar a nuestro hogar espiritual es el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza. Este conocimiento es experiencia directa de quiénes somos. No se requieren, en reali- dad, creencias religiosas y mucho menos apegarse a dogmas. Es despojarse de los malentendidos sobre nuestra identidad para discernir esa luz divina que existe en todos los corazones y que está esperando por ser descubi- erta, este es un camino que tenemos que caminar por nosotros mismos, nadie lo puede hacer por nosotros.

Isabella: La época en la que ahora vivimos nos ofrece oportunidades enormes de realizar esto porque la sombra se apoderó de la Tierra y tenemos la oportunidad, los que recordamos la luz, de trabajar inspirados por ella, y esa es una gran oportunidad para cambiar el equilibrio entre la oscuridad que hay en la Tierra y qué tanta luz va a haber disponible para nosotros. He escuchado que durante la segunda guerra mundial había una campaña llamada “de las velas”; conforme Hittler actuaba cada vez más violentamente, la gente encendía velas como símbolo de que la luz todavía estaba disponible para ellos. Hay quienes piensan que aquella campaña -que duró 3 años en aquel tiempo en Europa y que se inició en Inglaterra- ganó la guerra, a través de esta prác- tica la gente recordaba cada día que estaban conectados y que eran fuentes de luz, puntos de luz y que juntos derrotarían a las fuerza de la oscuridad. Como dije ayer, creo que la sombra es un símbolo y un constructo útil para nosotros porque cuanto más grande es, más conciencia adquirimos de qué tan lejos estamos de la luz. La disminución de la luz, el crecimiento de la sombra, son símbolos del trabajo que requerimos hacer.
Gallegos: La filosofía perenne nos recuerda, efectivamente, que somos, en nuestra naturaleza fun- damental, esencialmente luz eterna; la sombra y el sufrimiento nos permiten hacernos conscientes y sentir que somos luz. Una vez reconocido esto, la sombra ya no tiene ningún lugar en nuestra vida y el sufrimiento termina.

Isabella: Hablas de la filosofía perenne y pienso que muchas personas una vez que están en la sombra, tienden sencillamente a olvidar la luz. Una manera de reconectarnos con la luz es empezar con la educación holista, seguiremos siendo narcisistas, seguiremos estando aislados en tanto tengamos sistemas con rangos, competencias y dominios de unos sobre otros como cosas importantes. Pensemos en un niño de cuatro años que quiere jugar con otros niños y quiera aprender con su comunidad y con su grupo y se le dice que debe ser más que los demás, “debes lograr tal calificación y ser superior a tus amigos”, tal educación es una educación nacida de la sombra. Cómo hacemos, entonces, para que la gente vea que mi éxito será tuyo también, y vicev- ersa, y que la comunidad logrará también el éxito y así lo logrará también el mundo, y que el éxito del mundo logrará que en el planeta haya más amor y más de lo sagrado. La filosofía perenne nos dice que este no es todavía un planeta sagrado, nos dice que este es un planeta de sombras, en el sentido que requiere del trabajo de seres de luz para crear el amor, la interconexión y la unidad en cada corazón. Al ir haciendo eso el planeta se ira haciendo sagrado, ese es nuestro trabajo aquí, no caer en la seducción de la sombra porque eso es algo terrestre, no divino; la sombra terrestre forma parte de lo que está aquí pero al final también se va a disipar en la medida en que nos movemos hacia la luz. Esto tiene que ver con recordar que somos uno. Las iglesias nos dicen que al espíritu solo lo encontraremos en ellas, -de joven cuestioné eso y me llamaron rebelde, recuerdo cuando iba a la iglesia, en Canadá, y el sacerdote me decía que cometía pecado al acudir a otras iglesias, pero yo creía que era absurdo creer que era pecaminoso tratar de averiguar lo que otros piensan; parecía una especie de enfermedad mental de los sacerdotes el que me dijeran que no era posible averiguar lo que otros piensan. Creo que hay mucha gente que sigue pensando así, aunque yo abandoné todo aquello hace mucho tiempo, pero hay mucha gente que se beneficia con esta idea de separarnos de los demás porque les da control sobre la gente, les da territorio y poder, algo muy mundano que las iglesias aman.

Gallegos: Con relación a lo que dices, déjame decirte que he tenido varias experiencias con religio- sos de diferentes iglesias que se han interesado en la educación holista. Estos sacerdotes, pastores y monjas la empiezan a estudiar y, en realidad, les gusta mucho; pero con frecuencia me encuentro que, finalmente, hay un punto que parece serles problemático a algunos de ellos, el dilema parece ser el hecho de que la educación holista, y la filosofía perenne, le dan la libertad al ser humano para que camine su espiritualidad como él lo quiera hacer. Esa libertad de decidir la forma como quieres vivir tu propia vida espiritual parece que no es muy bien aceptada por todas las iglesias, este es el punto central donde retroceden muchas iglesias; estas monjas y sacerdotes me decían que este punto de darle la libertad al ser humano no era fácil de aceptar, no es fácil decirle a la gente: que la decisión estaba en sus manos y que la respetarían. “Decide tú si quieres ser budista, musul- mán, cristiano o vive lo divino sin afiliarte a ninguna iglesia, o vive una espiritualidad libre”. Esto que hace la educación holista y la filosofía perenne de darle la libertad al ser humano para que decida y asuma la respon- sabilidad de su propia iluminación, es algo que parece que las iglesias apenas están aceptando con el dialogo interreligioso. Las iglesias han funcionando, en algunos casos, sobre la idea de que solo hay un camino válido que es el de la propia iglesia, que las demás iglesias están equivocadas o van por caminos de segunda clase y que habrá un castigo para el que no obedezca. A veces ocurre que para las monjas, pastores y sacerdotes que he conocido era más importante que la gente se afiliara a su iglesia a que la gente siguiera la verdad espiritual que trataban de transmitir; la institución y la afiliación formal se convirtió en algo más importante que la verdad trascendental a la que apuntaban. Así pues, la filosofía perenne y la educación holista no promueven ninguna iglesia ni ninguna religión, las respetan a todas, más bien promueven la espiritualidad, que es amor universal; las iglesias pueden funcionar de manera responsable y pueden ser una opción muy válida para muchos indi- viduos, pero, desafortunadamente también existe la intolerancia, las iglesias tienden a caer en malas prácticas y no dan la libertad al individuo para que decida conscientemente su propio camino espiritual, lo que sí hace la filosofía perenne, que es experiencia directa de lo divino.

Obviamente, existen sujetos religiosos que son una excepción a esto y conozco algunos que pertene- cen a una iglesia como ministros y tienen una genuina vida espiritual, un monje católico al que admiro mucho es Thomas Merton, un ser espiritual admirable.
La filosofía perenne hace espiritualidad y la libertad es implícita a la espiritualidad; lo que nos dice la filosofía perenne es que asumamos la responsabilidad de nuestra propia iluminación, que seamos luz para nosotros mismos y maduremos como seres espirituales. Algunas iglesias, como señalas, desafortunadamente a veces piden sumisión a su poder ideológico pues su idea es que solo ellas están capacitadas para conducir al ser humano hasta dios, hasta su salvación; el desacato a este imperativo es un severo castigo de la divinidad. La filosofía perenne es un camino de autonomía, dignidad y amor universal incondicional que está disponible para todos los seres.

Isabella: La gente de las iglesias requiere intermediarios para vivir su relación con Dios, las iglesias; necesitan un sistema de sacerdotes o pastores que sean intermediarios entre la gente y Dios y para el control de las conciencias, esto ha sido así a través de la historia. El gobierno y las iglesias ven a la gente como niños, para ellos no somos seres humanos maduros e integrales, solo somos niños que necesitan ser guiados, y cuando una estructura como la iglesia o el gobierno nos ve así es algo terrible porque destruyen nuestro proceso evolutivo. Cuando un ser humano se plantea su interconexión con los demás y su relación directa con Dios es algo muy peligroso para el gobierno y las iglesias porque ya no tendrán control sobre él y no lo podrán manipular, sin embargo, todavía hay mucha gente que busca ser manipulada y tratada como niños por las iglesias y el go- bierno, perdiendo su dignidad, ¿por qué sucede esto todavía? Si somos seres adultos, ¿por qué algunos quieren ser tratados todavía como niños por las iglesias?

Gallegos: Por temor a asumir la responsabilidad de nuestra propia iluminación, es más cómodo dejar en manos de otros el trabajo de nuestra propia transformación, es una especie de chantaje mutuo, un en- gaño compartido que, en realidad, no está relacionado con la genuina espiritualidad. La vida espiritual nos hace independientes y maduros no dependientes e infantiles, la espiritualidad es certidumbre consciente no fe irracional.

Isabella: Así es, porque es más cómodo y somos educados para creer que eso es necesario, es parte del trabajo de las escuelas religiosas; pero esto destruye el verdadero proceso de desarrollo, opaca la luz divina y la sombra del sufrimiento se acrecienta en el mundo.

Gallegos: Como la gran mayoría fui educado en la iglesia católica...

Isabella: Yo también fui educada en la iglesia católica en Canadá.

Gallegos: ... Pero hubo un momento en el que me di cuenta que ya no jugaba ningún papel en mi vida. Después de mi propia experiencia directa con lo divino supe que no necesitaba ni quería intermediarios en mi relación con la divinidad, había visto “Tú eres Eso” por mí mismo, lo sagrado que está más allá de las palabras, aquello por lo que miles de iglesias han luchado durante miles de años sin lograrlo; así que, toda esta idea de estar afiliado a iglesias con su legalismo se disolvió de manera natural. Sin embargo, sé que para mucha gente adulta es necesario pertenecer a una iglesia porque se sienten protegidos y apoyados, es algo que respeto totalmente y deseoso que puedan vivir lo mejor posible su propia espiritualidad en la estructura que han deci- dido sin perder su dignidad. Personalmente no pertenezco a ninguna religión ni a ningún partido político, mi religión es el amor universal y mi política la compasión incondicional. Todos los días vemos a Dios pero no lo reconocemos. 
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*Dr. Ramón Gallegos Nava
Presidente-Fundador
Fundación Internacional para la Educación Holista
Coordinador de la Maestría en Educación Holista y el Doctorado en Educación Holista Premio Internacional “Book of the Year 2001” en USA


Este artículo puede ser citado con la siguiente referencia:
Dr. Ramón Gallegos Nava, (2004) “El Camino de la Filosofía Perenne. Educación Holista y Filosofía Perenne III”.
Ed. Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara, fragmento publicado en: - www.ramongallegos.com