FUNDACIÓN INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN HOLISTA
Doctorado en Educación Holista
LA EDUCACION HOLISTA DE RAMON
GALLEGOS
Ricardo García Pérez,
Guadalajara, 2013
INTRODUCCIÓN
El documento que
se presenta, es un ensayo académico derivado de cinco libros del Dr. Ramón
Gallegos, lo que se presenta en este modesto trabajo, no pretende abarcarlas
todas, sino que prioriza aquellas que solo dan inicio a un conjunto de
reflexiones sobre el nacimiento de la Educación Holista, la visión más allá de
la educación mecanicista, el cambio de paradigma, la nueva educación, e intenta
reflexionar sobre lo que es la Educación Holista y cuáles son sus alcances y dimensiones
educativas.
Particularmente,
el ensayo hace suya la invitación que la guía didáctica del curso, coloca en su
presentación, a tomar dicho curso “no sólo como un proceso de adquisición de
conocimiento académico sino principalmente como un viaje de aprendizaje hacia la
interioridad de ti mismo, contextualiza este curso dentro de tu propia vida
profesional, social, familiar y espiritual. Los materiales e
instrucciones que aquí se presentan son sólo el punto de partida para el
diálogo y la indagación, el mejor
recurso es tu propia creatividad y el uso de tu
inteligencia”. Recomendándonos además, que consideremos que “Todas las lecturas
y prácticas son insumos para tu tesis doctoral”. En ese sentido, el ensayo
presenta reflexiones y puentes de relación entre la Educación Holista y una
posible Educación Física con esa visión, mismas que desde mi propia experiencia
profesional, personal y espiritual he convertido en tema de investigación para
este Doctorado.
La importancia que la Educación Holista reviste
en nuestros días es de tal magnitud, como lo es la urgencia de dar solución a
los problemas que el paradigma mecanicista, cientificista y racional
instrumental nos ha heredado, manteniéndonos en una profunda crisis y con una
devastación galopante que amenaza con extinguir la vida en el planeta. Puede
parecer muy dramático este comentario, sin embargo, acostumbrados como estamos a suponer o asumir
que nada sucede si no nos sucede directamente, podemos pretender vivir en la
ingenuidad, en la irresponsabilidad o en todo caso en el riesgo de perecer o
nuestras generaciones futuras y que por incapacidad, comodidad o por mantener
una percepción de la realidad distorsionada, fragmentada y falsa, ni nos
enteremos. La realidad está en nuestra capacidad para distinguir y percibir
correctamente, sin domesticación o adormecimiento de nuestra mente y
percatarnos de que la vida en el mundo se ha degradado intensa y profundamente en casi todo los niveles de la totalidad en
donde el ser humano participa y frente a este estado de cosas hay que hacer
algo.
Ese algo, lamentablemente no puede ser una acción
que corrija una parte, como si de un parche se tratara, porque podemos llenar
la vida en el planeta de parches y no vamos a poder solucionar la problemática
en la que ya nos encontramos como humanidad. La esencia de cualquier problema
que identifiquemos, no está afuera de nosotros, somos nosotros mismos el
problema. Está en nosotros mismos y en el limitado desarrollo y comprensión que
tenemos de nosotros mismos y eso no se corrige
con tecnologías o con mayores conocimientos del mundo. En cualesquier problema
de los que hoy en día identifiquemos como importante de atender y dar solución,
vamos a encontrarnos a nosotros mismos como los causantes y lo que es peor, los
amenazados por sus efectos.
¿Cómo atender eso?, ¿cómo entrarle a la esencia
del problema, si la esencia de él es la conciencia humana y lo que genera en
sus conductas?, ¿cómo reconocer que somos nosotros y que existen posibilidades
para cambiarnos desde lo más profundo, para dejar de hacer guerras, crímenes, conquistas,
explotaciones, saqueos, muerte y extermino?, estas y muchas otras más
preguntas, por supuesto mejor elaboradas que las mías, no hacen más que apuntar
a que es desarrollando la conciencia de los seres humanos que podríamos cambiar
el orden de las cosas, y un cambio así solo se logra con educación, con
provocar un despliegue profundo de la prístina conciencia humana.
Necesitamos una educación que nos invite a
descubrirnos a nosotros mismos antes que al mundo exterior, y comprenderlo. Requerimos una educación que
nos permita percibir la realidad tal cual es y no adoctrinamientos o
domesticaciones que manipulen nuestra
mente para “no ver” o “ver de un modo conveniente”. Es necesario que una educación
así, nos devuelva la multidimensionalidad que somos-siendo y el consecuente
despliegue de todos los atributos de cada una de esas dimensiones. Es vital una
educación que nos recupere como humanos creativos, armónicos, imaginativos,
justos, compasivos, libres, espirituales y felices.
La Educación Holista es la posibilidad de todo
esto y mucho más y en ello radica su importancia.Así habría que considerar el planteamiento que dé
inicio a su obra “Educación Holista, Pedagogía del amor universal”, el Dr. Ramón
Gallegos nos presenta, para explicar profusamente como surge la Educación
Holista y para ello expone que en los últimos cuatrocientos años hemos vivido
en las sociedades occidentales cambios y épocas en donde los paradigmas se han
estado dinamizando y con ello todo lo que estos contienen.
Comienza
exponiendo un periodo antiguo, -habrá que ubicarse más allá del siglo XVI- en
donde la vida de las personas estaba caracterizada por un dominante y riguroso esquema
político y económico que la iglesia sustentó, y que en base al control de las
ideas, los pensamientos y las prácticas religiosas, mantuvo un orden social y cultural
conveniente a sus intereses. Un periodo de tiempo que como sabemos, además de
muy largo, significo una especie de obscuridad de la humanidad, al menos de la
humanidad de esa parte del mundo en las que floreció y de aquellas en las que
su violenta influencia alcanzó. El dogma, el miedo, la culpa, la fe, el control
de la vida, la muerte y más allá de ella, fueron algunas de los principales
instrumentos de control, vigilancia y castigo de la vida de las personas de
esos tiempos.
Cuando pienso en
esa época y lo que debió haber sido y significado el conocimiento del cuerpo
humano y su correspondiente movimiento, -pensando en una posible intervención
educativa en él, más allá del cuidado con propósitos de conservación de la vida
y su salud-, comprendo una buena parte de la que hoy es la Educación Física y
la valoración que social y culturalmente se le asigna. Tantos siglos de negación
y vergüenza por el cuerpo humano, tanto castigo corporal a fuerza de ser el vehículo
del pecado, tanto odio y contradicción por ser el aprisionamiento del alma y/o espíritu,
tantas emociones e impulsos castrados de los cuales el cuerpo en gran parte era
responsable. Seguro que muchos de estos valores e ideas subsisten en la gente
de nuestros pueblos y con ello, su propia relación con el cuerpo, su cuerpo, el
del otro. Sabemos que en esos tiempos, la atención consiente a cualquier práctica
o actividad (ya fuera búsqueda de conocimiento, expresión social, atención médica,
educación o expresión estética) en donde
el cuerpo humano fuera el centro de interés,
estaba amenaza con la muerte y el martirio torturante, la Educación corporal no
existía formalmente y la educación en general solo evangelizaba o adoctrinaba.
Podría profundizar
más en el análisis que sobre los valores asignados al cuerpo en esta época se
promovieron, sin embargo, me percato que Gallegos Nava en su exposición, centra
su atención no aquí sino en el siguiente paradigma con sus correspondientes
cambios de época, para explicar cómo surge a su vez y en su momento el paradigma Holista. El paradigma y la
correspondiente Educación Holista nace en una serie de procesos que intentan
dar respuesta y solución a los problemas que generó el paradigma anterior y este fue el científico
que llevado a su radicalización se convierte en ideologización, en dogma, en
cientificismo, en control nuevamente. Vamos a referirnos con calma a este
modelo.
Con el propósito
de abrirse camino de la obscuridad de pensamiento y del dogmatismo en las
ideas, con el arribo de nuevas formas de imaginar el acceso a la riqueza
material, económica y al poder, con la fuerza e impulso de la naturaleza humana
por conocer al mundo y a el mismo, surge paulatinamente un nuevo paradigma en
donde el papel de la ciencia va a ser determinante para el logro de los propósitos
anteriores. El cambio o transición del paradigma dogmático-religioso al científico,
significo, como todos los cambios de época, un puente caracterizado de
tensiones, descalificaciones, imposiciones y lucha entre las viejas ideas y
visiones de mundo y sus correspondientes prácticas sociales y culturales y las
nuevas. Toda transición conlleva justamente una combinación de lucha, tensión,
liberación y catarsis entre lo que no termina de acabar y lo que no se cansa de
comenzar. Los dogmas y doctrinas de la iglesia fueron dando paso a las grandes
teorías y leyes científicas, antes perseguidas, así, hasta que finalmente, la
ciencia se erigió como autoridad de la verdad y de la visión cultural del mundo
y de la vida. La iglesia se arrincono, conservando para sí, el dominio y reino
de la religiosidad y con ello arrastro también a la espiritualidad.
La ciencia como
paradigma, lleva más de trescientos años vigente y aunque actualmente nos
encontramos en un cambio de época, se mantiene presente con mucha fuerza en la
vida cotidiana de toda sociedad moderna. Este modelo basado en el conocimiento científico
de la naturaleza, la sociedad y la realidad entera, se caracteriza por una
rigurosa racionalidad que privilegia a lo objetivo y se vale de la constatación
empírica para sostener un criterio de verdad confiable que le arranque el
misterio a los fenómenos de la realidad. La triada de pensadores científicos
que impulsaron este modelo son Bacon, Descartes y Newton y entre las ideas de
ellos tres y muchos más que les siguieron y siguen, se han encargado de
enriquecer al mundo con sus descubrimientos, tecnologías, avances y progresos.
Sin embargo, el otro lado de la moneda no es tan alegre y festivo. El costo por
pretender sacarle a la tierra todas sus riquezas ha dejado al planeta y a los
seres que le pueblan, devastados y amenazados de extinción, desdicha y muerte,
el culto a la objetividad a extraviado el sentido de vida y el propósito
profundo de la existencia de las
personas, la espiritualidad se confundió con religión y se le segrego aún más y
la vida dejo de ser sagrada para mucha gente que prefirió enriquecerse en una visión de vida y mundo corta,
inmediata, materialista y enfermamente posesiva.
Reflexionando y
sintiendo míos, estos primeros acercamientos a lo que la Educación Holista es, me
puedo imaginar posible una Educación Física Holista, de la cual podría decir que primeramente habría que concebirla como una
verdadera educación desde la motricidad-, la cual ha tenido que superar
también no nada más la taylorización y positivización del cuerpo humano y su
movimiento, sino que además, ha requerido romper el paradigma de los dualismos
que desde Platón hasta Descartes hacían del cuerpo humano , una prisión del
alma en el caso del primero y un instrumento de la razón en el segundo, en ambos
casos, el ser humano una entidad dividida, fragmentada, fracturada de sí misma,
un paradigma cientificista mecanicista,
positivista en donde el cuerpo humano y
su movimiento ha sido convenientemente concebido, abordado e intervenido, para el trabajo y la explotación en un mundo
natural al que hay que arrancarle de sus entrañas sus riquezas para beneficio
del progreso y del orden social. Estas primeras superaciones epistemológicos,
abren el camino de una real y verdadera educación desde el cuerpo y sus
movimientos con significación profunda,
y deja atrás a las educaciones físicas deportivo-patrióticas-guerreras o
a las higiénicas-gimnasticas-laborales-productivas caracterizadas por la contradicción y los reduccionismos, al pretender educar a lo físico,
es decir a la materia o estructura y sus
sistemas, como si estos tuvieran
conciencia susceptible de ser educada, o
a confundir o intercambiar “convenientemente”, lo que se entiende por
educación con entrenamiento, instrucción o
domesticación.
Una
Educación Física emergente
fundamentada en la Educación Holista,
puede ver en cada educando a un ser con conciencia y subjetividad, a un
niño o niña multidimensional e interdependediente con su entorno total, a un
alumno, al que se le respete
la versatilidad que en modos y formas de aprender tiene cada uno. Una
Educación Física Holista atenderá a los diferentes niveles de totalidad en la
que todo acto educativo requiere de ser expandido y considerará que el
movimiento corporal más que movimiento mecánico, será una expresión dinamizada
de la conciencia del ser corporoemocionalmentalespiritual que somos. Así, la
visión holista de una Educación Física emergente, va a permitirnos abordar la diversidad de las
inteligencias, incluida y priorizada la espiritual, con toda la capacidad
educativa que tiene la motricidad global y sus diferentes ámbitos de
intervención.
Una Educación Física Holista nos permitirá
desmitificar el ser corporal educable y
comprender como poder acceder a la espiritualidad desde la conciencia del
cuerpo que no nada más tenemos sino que también somos, es decir, que más allá
de órganos, músculos, ligamentos y tendones, también somos un cuerpo que se
construye social, psicoemocional, cultural, simbólica, energética y espiritualmente y que al moverse con
intención y relación nos descubre múltiples e indivisibles. En este sentido es
relevante el imaginar posibles estrategias y metódicas educativas que pongan en
relieve vivencias lúdicas alegres y vitales que al tiempo que nos permiten conocernos
a nosotros mismos, nos hacen más humanos.
Por eso pienso que una Educación Física como esta,
nos permitirá conocer, comprender y explorar
estrategias y actividades que
estimulen a los niños a aprender
jugando, creando, fraternizando, colaborando, pensando, reflexionando,
inteligiendo y sintiendo juntos en la
resolución o vivenciacion de algún acertijo motriz para la estimulación de la
espiritualidad en ellos. Creo que una Educación Física para la paz es posible,
si acercamos actividades de cooperación más que de competición, actividades que
les enseñen a los niños a resolver problemas juntos cooperando entre si e
incluyéndose en lugar de eliminarse luchando entre sí.
Me imagino una Educación Física Holista que
promueva el aprendizaje de nuevos y esenciales contenidos que estimulen la inteligencia espiritual en
los niños, tales como su acercamiento al silencio, la quietud, la atención y la
concentración, comenzando por ser conscientes de su propia respiración y
relajación. Vemos una sesión educativa que no se reduzca al patio, sino que
pueda retornar a la naturaleza en la medida de lo posible y que los niños y
niñas perciban su conexión con lo vivo, con el todo unificado que somos, una
gota de sudor un océano entero.
Asumo la inquietud de acercar a la sesión educativa
la herencia humana universal de métodos y formas de motricidad inteligente que
originadas en diferentes tradiciones culturales de todos los tiempos, son el
conjunto de la sabiduría ancestral y perenne de la humanidad en las que su
origen, despliegue y evolución cultural no obstaculizan su colocación y
aprovechamiento en la educación contemporánea, nos estamos refiriendo a
tradiciones de educación corporal y motriz como el Yoga, el Tai chi chuan, el
Chi kung, los Pranayamas, la meditación, las danzas circulares, la motricidad
rítmica, la bioenergética, la eutonia y un largo etcétera. Todas y cada una de
estas maneras, adecuadas
psicopedagógicamente a los diferentes niveles y dimensiones de los alumnos y de
los procesos educativos que se correspondan nos permitirán una Educación Física
Holista y una educación auténticamente integral..
Distingo que una Educación Física Holista, partiría
de un proceso de transformación y concientización del educador o motricista,
considerando que este es pieza clave para la posibilidad de educar en una nueva
conciencia a los niños, adolescentes y jóvenes. Esta conciencia, le permitiría
al docente educador primeramente auto explorarse y establecer un orden interior
en el mismo, para después irse haciendo del conocimiento y comprensión de la
visión holista de educar y de todos sus fundamentos epistemológicos
En la actualidad no existen evidencias en nuestro
país de algún tipo de propuesta didáctica o psicopedagógica que integre a una Educación Física de este
tipo a la educación formal. Las pocas
experiencias que existen, se reducen a la presentación de algunas de estas
técnicas y métodos de trabajo psicocorporal aislados de procesos formales
de educación, fuera de la escuela o si
los hubiere en ella, estos se encuentran desligados de la asignatura escolar
que por su naturaleza y que por la forma en que está organizado el
curriculum y horario escolar debiera de
abordar estos contenidos y su aprendizaje, nos estamos refiriendo a la Educación Física. Existen algunas escuelas
privadas de educación básica que ofrecen
talleres extraescolares actividades de meditación, yoga, expresión corporal y arte, pero
insisto, no forman parte de ni de los objetivos, contenidos y actividades de la
Educación Física convencional escolar.
Hay una parte de la obra de Gallegos Nava, en la
que aborda lo que él llama tres relaciones epistemológicas generales con el
kosmos y en ellas centraré por último mi atención. Con el propósito de superar
el conflicto que se genera a partir del reduccionismo resultante del paradigma cientificista
aplicado a la educación, el Dr. Gallegos menciona que es necesario dilucidar
tres modos o relaciones de conocimiento para revelar la sutil problemática que
encierra y que es de fondo. La inicial es aquella en la que se establece una relación
entre un objeto y otro objeto, entendiendo por objeto a todo aquello que no es
humano, es decir, desde animales, vegetales,
minerales y procesos de interacción entre dichos objetos, todos ellos
pertenecientes a lo que se denominan fisiosfera y biosfera. La relación
objeto-objeto se caracteriza por interacciones por reactividad o en todo caso
por emocionalidad en ellas e incluso un tipo de inteligencia que apenas vamos
conociendo (diría yo), sin embargo, esta relación no presenta conciencia que dé
cuenta de sí misma, o de la simbolización de sus actos. Este tipo de relación
se presenta también cuando el instinto aparece y los procesos biológicos
definen las conductas, no hay subjetividad y por lo tanto tampoco
intersubjetividad, de ahí que el dialogo consiente no se pueda dar, este es un
mundo material y biológico, en donde las interacciones son gobernadas por la
química, la física y por tanto pueden ser mesurables y cuantificables.
Una segunda relación epistemológica es la que se
genera entre objeto y sujeto, una relación en donde los seres humanos
participan generando intercambios externos y de un solo sentido en nuestras
comunicaciones (hasta ahora así lo reconocemos). Esta relación, intercambia
mensajes en las diferentes niveles del kosmos, es decir, del nivel de la
noosfera y teosfera hacia la fisosfera y biosfera, se trata de una interacción
que los seres humanos tenemos con las cosas, las maquinas, los animales no
humanos, la naturaleza. Este intercambio puede arrojar la posibilidad de ser
medido y experimentado sensorialmente. Se deduce de todo esto, que proceso consiente
solo lo vamos a descubrir en un solo lado, es decir, un acceso a la
interioridad consiente y este será del lado del sujeto. La linealidad,
instrumentalidad y manipulación está presente, los seres humanos utilizan a los
objetos para su servicio. La ciencia positiva, con todos sus elementos
característicos es un claro ejemplo de esta relación que puede ser
mecánica, material y conductual. La
subjetividad y la intersubjetividad no aparecen recíprocamente más que de un
lado, no hay significatividad intercambiada, de ahí que la responsabilidad de
los aspectos éticos del empleo de la relación entre sujeto-objeto, caiga solo
en el primero.
Por último, tenemos la relación sujeto-sujeto, que
es la relación típicamente humana, psicológica, social y culturalmente hablando,
esta relación es la que nos genera el despliegue de estructuras simbólicas,
afectivas, cognitivas, lingüísticas. Este tipo de relación nos coloca en una
condición dialógica que permite el intercambio pleno de mensajes de diversa
naturaleza, comenzando con todas aquellas emanadas de la conciencia humana y la
posibilidad de interpretación no solo es cognitiva sino cultural también. La
relación sujeto-sujeto, no puede ser medida o cuantificada desde lo empírico y
tampoco predictible porque se origina desde la interioridad de los sujetos en
relación, de ahí la condición de comprensión más que de explicación de los
intercambios y procesos que esta relación genera. Los atributos más sublimes de
lo humano son intercambiados en procesos de intersimbolización e
intersubjetividad y así la interpretación se convierte en la posibilidad de
conocer este tipo de relación, sin objetividad empírica, la relación entre
seres humanos esta mediada por la intencionalidad y el lenguaje, por la
conciencia, el interés y el significado que se le da a las conductas.
Una vez revisado los anteriores planteamientos,
surgen en mí, evidentes reflexiones referidas al tipo de Educación Física que
regularmente nos encontramos en los patios escolares y la evidente contradicción
que con respecto al cuerpo humano y la persona se mantiene con el interés de
educarla. Lo primero que nos damos cuenta es que al alumno regular se le
considera, valora y concibe como objeto. La terrible problemática que poco se
identifica y no somos conscientes de ella fácilmente, es la que se genera al confundir lo físico
con la corporeidad, es el de la transmutación del sujeto en objeto. En el
transito que recorre el educando, de su salón de clase, al patio en donde se
lleva a cabo la sesión de Educación Física, sufre una mutación crucial y
trágica, de ser un sujeto es transformado vertiginosamente en objeto, para
cuando llega a su destino es un ser físico, en donde el ser es adorno mas no
existe en realidad, ni tampoco importa.
¿Qué o quién es lo que lo transfigura?, sin temor a equivocarnos responderíamos
contundentemente, que es la cultura, el paradigma, el modelo omniabarcante en
que estamos inmersos todos. De ahí que pudiéramos decir que esto mismo pasa en
todos los escenarios de la educación tradicional y convencional. El asunto
aquí, y en esto quisiera ser enfático, es que en donde más drásticamente se
delata esta condición, es justamente en la asignatura escolar que de entrada y
sin preocupación, ni conciencia, se asume que educa lo ¡¡“físico”!!, ¡válgame!.
Seamos ecuánimes y vayamos con calma. Una Educación
que pretende desde su denominación trasgredir importantes relaciones
epistemológicas, parece inconcebible, no nada más contradictorio, la suerte de
impunidad que esto representa nos hace cómplices a todos, al aceptar la
imposibilidad que guarda el intento de establecer un proceso educativo que por definición tocaría
interioridades del educando como premisa fundamental y la limitación evidente
de ser objeto o cosa que no puede ser educada.
El problema aquí no es reconocer que en el ser
humano hay una parte objetual que lo
constituye también, digamos que la estructura morfológica y su funcionamiento
orgánico son la dimensión física de él, sin embargo, al ver las características
de las tres relaciones epistemológicas generales anteriormente expuestas, no
tardaríamos en ubicar la situación que expongo, más que en la segunda relación,
la de la relación sujeto-objeto y en esta, no se dan actos, procesos o
situaciones educativas dado que no hay
intersubjetividad de ningún tipo, por lo tanto, lo que a nombre de la educación hacemos con la
dimensión física del ser humano es decir de nuestros alumnos, no es más que
domesticación o adiestramiento. Una opción de superación de este problema es
aquella que varios autores señalan: “dejemos
de nombrarle Física a la educación que de entrada no se puede dar”.
Otra posible opción de superación de estos
obstáculos epistemológicos y a modo de conclusión de este trabajo, es la de
reconocer que en esa fisicalidad nuestra no se reduce nuestro ser corporal,
como tampoco en nuestra corporeidad se agota nuestro ser integral. Una visión
holista de la realidad, como hemos visto, va a concebir una totalidad
conformada por partes, dimensiones u holones, esta condición aplica para el
universo como para los seres humanos, en donde la totalidad se dinamiza y fluye
a veces siendo partes a veces siendo totalidades. Podríamos decir que más allá
de la dimensión física que nos conforma, también somos una dimensión corporal
que se elabora en el entrecruce de subjetividades, significaciones y demás
entramados de la cultura. También podríamos comentar que cuando el ser humano
hace representaciones mentales de sí mismo, se transforma, cuando el ser humano
se piensa a sí mismo, se conoce, se hace consiente, se hace a si mismo de algún
modo. De esta manera, va surgiendo una imagen representativa e interpretativa
de lo corporal desde la conciencia y esa imagen elabora y modifica a un cuerpo
que se está desarrollando más allá de lo físico. A esta conciencia del cuerpo
que somos, le llamamos corporeidad y en ella se rescatan todas las subjetividades
que integran al ser humano, por ella, podemos decir que desde el cuerpo
sentimos, pensamos, nos emocionamos, actuamos y vivimos.
La corporeidad es una holarquia, en donde se
integran diversas dimensiones del ser humano y en la que se van elaborando
importantes logros de desarrollo consiente en él. Es la corporeidad la
conciencia del cuerpo subjetivo que somos y también del cuerpo físico que nos
estructura y nos mantiene ligados al mundo biológico y natural.
La corporeidad es cultura, símbolo y significado
viviente, es interdiálogo entre semejantes, es posibilidad de entendimiento
ético y reflexivo, es historicidad consiente individual y colectiva, es
discernimiento interpretativo, es la
posibilidad de un movimiento en ella que va más allá de lo mecánico y objetual,
es la condición de la motricidad. La corporeidad reúne condiciones que la
tercera relación epistemológica sujeto-sujeto establece, y desde ahí, si se puede educar.
BIBLIOGRAFIA.
Gallegos, Ramón.
(2001). Educación Holista. Pedagogía del Amor Universal. Editorial
Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2000). El espíritu de la
educación. Integridad y trascendencia en educación holista. Editorial Fundación
para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Una visión integral de la
educación. El corazón de la educación holista. Editorial Fundación para la
Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Educación del corazón. Editorial
Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Educación para la vida y
la Paz. El corazón de la educación holista. Editorial Fundación para la
Educación Holista, Guadalajara.
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